"La diferencia entre una democracia y una dictadura, consiste en que en la democracia, puedes votar antes de obedecer las órdenes." «Charles Bukowski»

25 marzo 2009

Una de putas

Estaba aquí en casa cuando me llamó Pablo. Yo estaba tumbado en mi cama escuchando música y bebiendo cerveza. Pablo me estaba invitando a beber un poco de ron a su casa. La casa de Pablo siempre me ha gustado mucho, siempre tiene unas cuantas botellas allí, le pega duramente a la bebida. Dice que se pone a beber en los baños de los centros comerciales. Pero comenta que se va a los de las personas especiales; sí, esos sanitarios para los lisiados. La taza es muy grande.-Me dice.-Deberías de ir allí Tucs; sólo llegas, arrastras un poco el pie como si tuvieras algún mal y te metes. Te sientas y te pones a beber, nadie te dice nada y tú estarás bebiendo poca madre. Le dije que quizás lo haga un día. Llegué a su casa.

-¿Cómo estás, Pablo?
-¿Qué tal, Tucs? Pasa. –Me dijo- Sírvete un trago, vuelvo enseguida.
-Me bebí dos vasos de ron y me puse a leer lo siguiente:
"Lo que me gustaba de Curley era que, pese a ser sólo un chaval de diecisiete años, no tenía el menor sentido moral ni escrúpulos ni vergüenza." Era un fragmento de Trópico de Capricornio de Henry Miller.

Regresó Pablo. Yo estaba allí metido al libro.

-¿Qué lees, wey? –me preguntó-.
-Miller.
-¡Ja! Cabrón.
-Sí. -Añadí yo-.
-Vamos a la casa de Changuito.
-Vale, vamos.

Caminamos y a la vez nos íbamos sirviendo unos tragos; pasamos unas calles más y allí estaban todos los pánicos.
-Pablo,-Dije-vámonos por acá para que no nos mire el cabrón de Tunita, ese menda siempre está pidiendo dinero. El otro día me contó Montse la hermana de Tatas, que lo miró en el bulevar Hilario Medina. Dijo que estaba pidiendo dinero en una taquería, se tenía un rollo muy bien liado. Decía que venía de un rancho y alguien de aquí le había robado su dinero. No, espera, decía "su monedero". Tunita les pedía unas cuantas monedas para regresar al rancho al cual, según él, pertenecía. Y dice que no se reía el cabronazo, aun cuando lo miraba Montse. Y también está Fresa, todo el tiempo esta metido en el ware y la piedra, y siempre se está tomando tu cerveza. Caray, y cada día son más estos hijos de su puta madre. Pablo, míralos, no tienen conciencia, todos se van de un lado a otro con movimientos inútiles; siempre con la cabeza baja, parece que nada les importa, yo debería ser como ellos. Pero está bien que lleguen a casa de Hanz cabrones, pero que lleguen más tarde, ya cuando hayamos fumado; me gusta saludarles en esas condiciones. Ahora vamos a casa de Hanz a fumar mota como condenados y a la verga con todo.
-Yo quiero ver a Hanz, le preguntaré algo.-Dijo Pablo.
-¿Cómo?
-Sí, es que el lunes fue a mi casa por una película porno. –comenzó- Me dijo que vendría la Chica Choda a su casa. Yo le dije que tuviera cuidado, ya ves cómo es esa mala puta.
-Sí, lo que me dijo el otro día, lo ocurrido en su casa en una visita anterior a ésta.
-Ah, pues a ti también te lo dijo, Tucs.
-Sí, fue cuando la araño, wey ¿No es así? Pero, ¿y eso qué tiene?
-Bueno, en esa ocasión le ocurrió un accidente, me comentó que cuando llegó la Chica Choda, él estaba desapercibido y llevaba puesto un short de jugar. De esos de los que usaban los jugadores de los 70's. Y dijo que cuando salió y se enteró de su presencia, la polla se le puso tiesa. Él abrió la puerta, se hizo a un lado ocultando la grosera erección con el portón, la hizo pasar rápido a un costado de él y después entró él detrás de ella, ordenando nerviosamente la erección para no ser sorprendido.
-Es verdad, a mí también me lo contó.
-Eso no está bien, Tucs, no se te puede parar tan solo de verla.
-A mí me ocurre algo más o menos parecido. Pero lo mío sí es natural.
-Bueno, eso no es todo, dijo que al rato de estar platicando con ella, se la llevo a su habitación. Allí comenzó todo el rollo. Hanz le comenzó a hablar del Papa a la Chica Choda. Debe tener un discurso de puta madre acerca de ese tipo.
-Ese siempre ha sido su método. Yo creo que sí le funciona y hasta pienso que tiene varios libros del Papa, acerca de su vida y esas cosas. Hanz es muy extraño, ya ves toda esa orina que tiene en botellas de plástico dentro de su habitación. Pienso que se ha de hacer algún tipo de baño que purifique el alma con toda aquella orina añeja.
-Yo creí que la Chica Choda jamás volvería a su casa, Tucs. -Me dijo Pablo-. La vez pasada Hanz se pasó de verga. Dice que se la estaba tirando y a los tres o cuatro minutos ya se iba a venir. Pero no lo hizo, se salió, le metió el dedo y comenzó a frotarle el clítoris durante largo rato, dijo que eso era para tener suerte. Luego la volvió a cabalgar uno-dos uno-dos y de nuevo se iba a correr, se salió y dice habérsela pasado así más o menos 20 minutos frotándole el coño. Estaba de nuevo allí en el asunto, metiéndole el dedo cuando de pronto esa cabrona soltó un sonoro grito. –Jajajaja- Hanz le había pellizcado el chocho, dijo que lo tenía seco, por eso se atoró su uña.
-¡Jajaja!
-Las uñas de Hanz eran condenadamente largas y sucias, ni las aves de rapiña las tienen así. Yo le dije: Hanz, debiste haber hecho algo con esas jodidas uñas. Por ejemplo, mientras se la metías, quiero decir, cuando la tenías debajo tuyo, hubieras aprovechado y te hubieses cortado las uñas a mordidas, así no hubiese gritado, pobre Chica Choda, la has desgarrado. Ahora será Chica Desgarres. No le vendría nada mal ese apodo, ¿he, Tucs?
-No, no estaría mal, le vendría de puta madre.
-Quisiera saber qué fue lo que ocurrió. Le dije a Hanz que se hiciera una paja antes de que llegara la Chica Choda, para que le haga un buen polvo y le deje temblando las piernas, espero que lo haya practicado. Quiero ver si es que aplicó la técnica correctamente. Es preciso que se la jale antes de comenzar para poder lanzar un buen polvo.

Seguimos caminando otro poco mientras íbamos bebiendo de ese ron. Llegamos a casa de Hanz. Él estaba allí afuera, pero esta vez no comentó nada. Quizás la Chica Choda no fue a visitarlo como esperaba. Seguimos bebiendo gran parte de la noche.

02 diciembre 2008

Carta de una puta que se enamoró de mí

Our friend Stu


Iván, Iván, Iván… Te mando besos y abrazos corazón mío. Me encuentro bien y espero que tú también lo estés. Siempre pienso en ti, no importa lo que esté haciendo y aunque siempre esté con más personas, te recuerdo todo el tiempo. Yo no podría olvidarte, jamás lo haría y temo no poder hacerlo…Te extraño, todas las noches muero por volver a verte, lo digo en serio, pero a ver que sucede. Me temo que es cuestión de tiempo y de ti, claro está. Iván, ¿tú todavía piensas en mí? Tal vez ya no lo hagas y yo aún sigo pensando en ti; recuerda que pase lo que pase, si algún día me quieres dejar me lo tienes que decir ¿sí? No importa que me haga sufrir, yo siempre me hago ilusiones contigo Iván, sé que está mal, pero no lo puedo evitar, es mi corazón, mi alma y creo que me volveré loca. Cuando pienso en ti como lo hago ahora, me alegro mucho y vuelvo a sentir lo mismo que sentí cuando estuvimos juntos los dos en aquel sucio cuarto de hotel. Iván por favor, piensa en mí; yo aún te quiero y como te dije antes, conozco más personas, muchas más y eso no cambia en nada lo que siento por ti. Te amo Iván, perdóname por todo esto que te escribo por favor pero, eres tan maravilloso; no hay otra persona igual que tú en el mundo y no quiero buscar a nadie más… Ya no, Iván… ya no.

Escúchame, tal vez ya no te merezca pero siempre pienso en ti, en que algún día estarás aquí para mí y yo estaré para ti, los dos solos. Existen sueños que se cumplen, yo quisiera que este sueño se hiciera realidad; se lo dejaré al destino y aunque he estado con cientos de hombres, yo sólo te quiero a ti. No sé que sientas tú pero, una fuerza extraordinaria hace que sienta lo que siento por ti y jamás podré describirla con ninguna palabra conocida.

¿Sabes qué extraño de ti, Iván?

Tus labios, cuando te preguntaba algo y tú sólo decías: -¿Eh? No- Y sonreías. Cuando tus labios estaban entreabiertos, son tan lindos, de un color único. Y tu lengua, esa lengua tuya que me volvió loca y aún cuando pienso en ella me humedezco. Y tus palabras, esas palabras que mis oídos nunca antes habían escuchado y que temen no volver a hacerlo. Te extraño tanto que no tienes idea, moriría por verte otra vez. Y tu cuerpo y tu color de piel… ¿Sabes? Extraño rozarte con mi nariz y recorrer cada parte de tu cuerpo. Y esos ojos que tienes tan singulares, tu mirada tan… mía. Por Dios Iván, te extraño tanto.

Adiós, Iván. Le pido a Dios que te traiga conmigo siempre. Siempre pensaré en ti, nada me alejará de ti. Eso creo, pero sé qué es lo que hará que te alejes, lo harás tú con tus palabras y cuando eso suceda nada más pasará. Tú tienes la última palabra Iván y lo que tú quieras se hará, porque te amo y por esa razón respetaré tu decisión.

Te quiere

Blanca Nelly

04 octubre 2008

Caída Libre



Video extraído de Aquí

Este cabrón tenía unas terribles ganas de cagar, en eso llegaron estos dos hijos de puta a asustarlo. Él sólo quería cagar... Una mierda al viento, ellos creían que iba a saltar; entonces el ser cagón se asustó y quiso brincar al otro edificio para cagar escondido pero le faltaron huevos, por un momento se creyó Carl Lewis (El hijo del Viento). Pobre diablo, tan sólo eras un jodido blanco. El otro cabrón es un negro, por eso puede dar esos pinches brincotes. Tan güey.

Ahora Dios lo tenga donde no se venga.

He aquí el ejemplo de lo que se creía este pendejo.

Iván.

19 septiembre 2008

El día que comencé a escribir

Our friend StuOur friend Stu


Armando era su nombre. Armando era un tipo duro, jamás le gustaba que le llamaran así, él decía que se llamaba Sapo. Un día Sapo estaba conmigo, me contaba que tenía una chica allá en Medina y también que se había cogido a la esposa de Chino Mugres, que Chino Mugres era un pendejo y que mientras él trabajaba otros se tiraban a su esposa. Me dijo: yo por eso no trabajo Tucsen; no, yo no trabajaré, no quiero que nadie más se coja a mi esposa; mira tú no tienes nada que perder Tucsen, tú no tienes esposa ni novia y si yo me voy a trabajar, sé que eres un hijo de puta que te podrías coger a mi esposa, jajaja; no te hagas pendejo cabrón, te conozco.

Yo lo escuchaba hablar, parecía que era la persona más inteligente del mundo, pero yo no sabía porque me decía que podría cogerme a su esposa, ella no me gustaba. De pronto me dice.

—Allí viene esta hija de toda su puta madre.
— ¿Quién viene Sapo? -Respondí yo, que ya estaba ya un poco bebido.
—Esta cabrona de mi mujer, siempre tiene que venir a buscarme la puta y si no me marcho la culera no me dejará mirar a mi hijo; pero ya le dije, le voy a romper su madre cuando llegue a la casa, nos vemos Tucsen.
—Adiós, Sapo.

Me quedé allí en la esquina, estuve bebiendo una cerveza, pensé en su esposa, pensé en su hijo, pensé en la música de la radio, pensé en todas aquellas personas que se han casado y que tienen un hijo y ya no están nunca más aquí y entonces pensé que estaba ganando pura mierda porque no tenía tiempo para pensar en todas aquellas personas que me son indiferentes. Así pues, me dirigí a la tienducha que está ubicada a dos calles de mi domicilio, compre un six de cerveza y unos cigarros Camel.

Me fui enseguida a casa, en el camino me encontré de nuevo a Sapo, estaba llorando, estaba en la misma esquina de la que se había ido cuando llegó su esposa. No lo saludé, seguí caminando, me encontré con la señora de la papelería, esa señora que tiene las tetas y las piernas más hermosas de esta ciudad. Tuve una erección que casi trozo la cremallera, permaneció así hasta que llegue a casa. Entré en mi habitación destapé la primer cerveza, "aún quedan cinco" pensé para mí, le di un trago, saqué un Camel, lo encendí, le dí una larga fumada y expulsé una gran bocanada de humo, humo muerto como mis manos y dije —Sapo no es tan duro después de todo, ningún hombre es duro en este mundillo de perdedores.— Después de eso, comencé a escribir.




Iván